Me despido de vos mi amigo,
como debe ser:
con la mano derecha puesta en el corazón
y la izquierda sobre lo que soy y seré.
Mi amigo,
fuiste tea apagada,
.....(por qué encenderse al mundo,
.....si se puede incendiar el universo)
jamás creíste ni jamás dejaste de creer,
sólo fuiste a tu llamado y tu llamado …. te llamó,
tibio te escapaste de mis manos
y nadaste entre las lágrimas que te habrían el camino.
Mi amigo, vos me enseñaste que de la sangre y el lodo nace el amor,
que de la melancolía y la angustia nace algo más grande que dios,
.....(las cosas pueden ser diferentes,
.....pero de todos modos se sufre)
sólo los inmortales sienten el peso de la vida,
por eso mi corazón está lleno de luciérnagas vestidas de luto,
y mi alma es un súcubo que aprisiona mis tristezas.
Te intente comprender mi amigo
.....(no se puede tener respuestas
.....si aún no se tienen las preguntas)
y te esperé sentado bajo una higuera,
mientras incrédulo repetía palabras desconocidas:
extraños recuerdos eran mis ojos,
electricidad en forma de rostros sempiternos,
ansia de hielo derritiéndose sobre un pezón,
silencios estallando en los párpados,
comprendí,
.....(para qué afanarse,
.....si se puede ser éter y materia al mismo tiempo)
te ibas,
nadie lo iba a impedir
ni siquiera yo,
porque tu cuerpo era de niebla,
y yo sólo quería con ansia infantil ver tu partida a través de un calidoscopio.
Mi amigo,
ya no correrás más en la palma de mi mano,
ya no brincarás absurdamente al sentir la presencia de los ángeles,
te has ido,
porque tus piecitos eran de fuego
y tus brazos de agua no soportaron la flacidez de la vida.
Juntos fuimos demasiado para el mundo y para el cielo,
y separados siempre fuiste mejor que yo
por eso escupo a los gusanos, ley de Darwin,
por eso incrédulo alzo el dedo índice hacía el cielo,
.....(inútil es imprecar, inútil es pensar,
.....inútil es ser humano)
te has ido al infinito.
Mi amigo,
tu recuerdo me ha dejado un ancla de alegría desabrida.
jueves, 11 de octubre de 2007
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