sábado, 28 de febrero de 2009

Propósito de año un poco atrasado

A partir del mes de marzo comenzaré a postear nuevos poemas.

La Peste de Albert Camus

La Peste (1,947), es considerada como la novela más importante de Albert Camus, a tal punto, que el mismo año de su publicación ganó el Premio de la Crítica y posteriormente fue calificada como una de las obras fundamentales del existencialismo durante el siglo XX.

Las primeras páginas de La Peste presentan una historia que versa sobre la paranoia y temor que provocan los caprichos de la naturaleza (sobre un remoto pueblo argelino llamado Orán) contra la fuerza de la sociedad, dirigida a negar y controlar lo que va más allá de la comprensión estática de la moral y la razón. Hasta el momento un buen libro más.

Después de unas cuantas páginas la historia comienza a despertar ante nosotros y surge una extraña sensación de soledad y angustia que embarga lo poco de atención que nos queda, de ahora en adelante, el libro será como una gota de sudor corriendo sobre nuestro rostro adormecido (La Peste es un ligero temblor detrás del cuello, un escalofrío seguido de calma,
luego otro...
otro…
¡¡ootrooo!!…
¡ya es muy tarde!, docenas de ratas corren bajo nuestros pies y luego desaparecen. Las manos comienzan a supurar miedo y sangre, surge la duda: ¿La Peste?; y la fiebre comienza a incomodarnos, los ojos ya no están tan cerrados como al inicio, están atentos, expectantes frente a un misterioso mal que despierta la conciencia, estamos rodeados de muerte y ya es muy tarde para huir, estamos encerrados en un cuarto de dos metros cuadrados totalmente a oscuras llamado vida, y se aproxima la reflexión, ¿cuántos eones más sin una muestra de ternura humana?, ¿cuántos más?.

La Peste es la vida misma, y nosotros unos apestados, cautivos en una cuarentena de siglos sin posibilidades de levantarnos de la cama y dar el primer abrazo de consuelo al vecino moribundo. La razón regresa a su sitio, no vale la pena insistir, estar vivo significa estar apestado desde el inicio. La muerte es injusta la mayor parte de las veces-). Todo lo que el lector puede aprender entre el juego de La Peste y la vida es el conocimiento y el recuerdo de una ilusión ya olvidada, una ilusión que por momentos provoca algunos escozores en el corazón llamados esperanzas y una fuerza interna que alienta a no probar la frialdad que queda después de vivirlas.

La Peste es la voz de Camus que nos llama a la solidaridad y autodeterminación hacia sí mismo, es la conciencia que incómoda y que recuerda que no existe peor condición en la naturaleza humana que, el autoaislamiento.